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Invitación al Teatro.

Compañeros:



El grupo TALTECAN (Taller Libre de Teatro Callejero Norteño) tiene el honor de invitarlos a sus presentaciones "Volveremos" y "De Tlatelolco a Tlatelolco" que se llevarán a cabo el próximo martes 2 de octubre en:



La 5 y 10, exactamente bajando del puente que da al Gigante, a las 17:30 hrs (5:30pm)

Callejón del Rosal 520 Col. 20 de noviembre a las 19:00 hrs (7:00pm)

El viernes 5 de octubre en:

Avenida Constitución a la altura de la calle 10 Zona Centro a las 20:00 hrs (8:00pm)

El Domingo 7 de octubre en:

Maclovio Rojas en la Aguascalientes a las 12:00 hrs.

Esperamos contar con su presencia, obviamente será gratis.


"Si la gente no va a teatro, el teatro va a la gente"

*TIJUANA HACE TEATRO*
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Marcel Marceau




Sus manos como flamas desvendaron las heridas con una sonrisa blanca, acariciaron una flor que tiembla, hicieron aparecer objetos apretando un botón blanco en medio de las tinieblas sin voz y sin sombra y el latido de sus manos encendidas convirtieron el tiempo en una caricia que magulla. Al fabricante de máscaras se le quedó atorada en el rostro la sonrisa de la alegría y murió.

Marcel Marceau, uno de los más grandes artistas en toda la historia de la humanidad, falleció el sábado en París, a los 84 años de edad. Sus familiares informaron del deceso hasta ayer, domingo, sin ofrecer detalles.

Nació como Marcel Mangel el 22 de marzo de 1923 en Estrasburgo. Su padre, judío de oficio carnicero, fue capturado por la Gestapo durante la ocupación nazi de Francia y ejecutado en Auschwitz.

A los 17 años de edad, Marcel Mangel logró escapar junto a su madre y su hermano a la ciudad de Lille, en el norte de Francia. En la resistencia francesa se apropió del apellido Marceau, que tomó de un general de las guerras revolucionarias y luego se incorporó al ejército. Fue enlace entre las tropas francesas y las fuerzas al mando del célebre general estadunidense George Patton.

Esas experiencias bélicas marcaron su trabajo de humanista. En 1947, por ejemplo, creó su personaje emblemático, Monsieur Bip, nombre derivado de aquel protagonista de la novela Grandes esperanzas, de Charles Dickens. Un descendiente de Pierrot, pero con conciencia social.

Tesoro viviente

Fue considerado como el mimo mayor de todo el siglo XX, pero en realidad su trabajo rebasa el territorio de la pantomima, oficio que aprendió de Etienne Decroux, en 1944.

Marceau soñó y trocó el sueño del antiguo teatro japonés kabuki, de la milenaria danza de la India, el katakhali, de la commedia dell’arte italiana. Soñó el sueño del cuerpo y sus pasos sonaron en otra calle donde alguien lo deletreó.

En 1993 fue declarado “miembro inmortal” de la Académie des Meaux-Arts en París. Japón, a su vez, lo declaró “tesoro nacional viviente”. En 2001 se convirtió en embajador para la tercera edad de la ONU.

Marcel Marceau mantuvo una relación directa con México, donde se presentó innúmeras veces. Hace 15 años, por ejemplo, el 25 de agosto de 1992, llenó de sueños el Teatro de la Ciudad, donde las jóvenes tinieblas tendieron venas como luces temblorosas bajo las cortinas de los párpados inquietos y una música de metales del barroco dibujó los contornos de un arlequín ensimismado, un heraldo que anunció los títulos de las muchas historias de los sueños como una serie de preludios.

Abrió allí el artista las persianas invisibles de la boca de la escena y entró la luz de las constelaciones y sus manos descoyuntaron sus ataduras, besaron los labios de la lluvia, hicieron nacer el corazón de su mano que volaba y construyó con él el universo entero. Con sus manos y el prodigio de su cuerpo, ese señor de cara blanca y pies desnudos edificó el cosmos en fracciones de segundo y lo pobló con sus hombres y sus sentimientos y sus plantas y sus animalitos.

Manos góticas

Así era en escena Marcel Marceau: otro flop del sueño y ahora estamos en un tribunal y las manos góticas de Marcel ponen en materia la verborrea de un fiscal, eleva el decibel, el estruendoso clamor de los silencios y tiene dentro del sueño otro sueño: es Pygmalion y junta arabescos y cristaliza la expresión de la vida con su alimento: la muerte, y vuelve a la ternura y la inocencia porque Bip sueña que es un artista de circo y luego viaja por el mar, que siempre recomienza, con el aroma de su rosa roja y luego sueña que es Don Juan y luego es David que vence a Goliath y ahora es un fabricante de máscaras y cambia en milésimas de segunda de la carcajada al llanto, del llanto a la carcajada y de pronto se le atora la máscara de la risa y se la intenta zafar, se la intenta sacar, se la intenta quitar y cuando lo logra, muere.

Hay silencio, fulgor.

Sus manos, semafóricas, abrigaron el aplauso entrechocando corazones. Voló, soñó, llegó al punto estático/dinámico de las manos suspendidas ilusoriamente en: un cristal, una flor, un árbol y de sus manos a lo alto se desgrana un caudal de agua brillante de diamantes, un ala verde esmeralda de colibrí, otra ala, muchas alas. Vuela.

Esplenden en algún lugar del tiempo sus pantomimas de estilo, las secuencias del cinematógrafo de su cuerpo: una jaula de cristal donde sucede la creación del mundo (primero fue el mimo, luego el huevo y por último la carcajada), un sable de samurai. Caminó, rio, se abrazó a sí mismo, volvió a reír y se arrancó la máscara final.

De entre sus muchas obras maestras, cintilan en el tiempo algunas de ellas en la memoria: La creación del mundo, que dura lo que dura el Adagio del Concierto 21 de Mozart; Adolescencia, madurez, vejez y muerte, que sólo dura tres minutos, porque así es la vida, breve. Y El fabricante de máscaras, su gran final: luego de cambiar en menos de un parpadeo de la máscara de la felicidad a la del llanto, finalmente se le quedó atorada la sonrisa. Al despegarla de su rostro falleció.
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Transnochado

Un día más transcurre el día
asoleado le noche negra
de por sí madejada
envolviendo pañuelos verdes, blancos, rojos
junto al olvido AZUL.




Regresa el silencio vacío
la barca llena de escaramuzas verde olivo
caminar ciego
mares con barcos sin timón
soplos de torbellinos.




Ah, qué cosas tu ausencia
qué canciones raras cantas hoy
donde confundes al mounstro
y haces que tropiece en el camino
o en el lodo de la historia
del otro lado de la historia real.




Poesía Tzotzil
(para ti mi amor)
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Un anuncio en Jueves

Un bebé viene en camino, la familia crece.
Será niño o niña?
Yo creo que niño.
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Aún crees que puedes leer la piel?
Y puedes leer desde lejos?
Por que ya no tengo poderes?
Hoy olía a aceite de linaza....
De que color me pintas?
Me siguen gustando los jueves.
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Una tarde, cualquier tarde camino por las calles de mi hermoso centro histórico de la Ciudad de México para observar a esos ríos de gente que parece citarse ahi. Muchos van de compras a surtir la lista de útiles, a comprar algo para su compu, a visitar los museos, a tomar un café, etc. Y yo estoy ahi en medio de todos y supongo que como muchos solo voy para estar ahi para sentir la lluvia mojándome y ver a la gente correr y buscar desesperadamente al vendedor que sale de no se donde para vender impermeables de a 10.

Al terminar la lluvia camino hacia Pino Suarez para comprarme algo de comer, solo traigo 10 pesos del impermeable que no compre. Miro a la gente y que feliz me siento de estar aqui de ser parte de esto, quizá vaya a la risa, quizá me encuentre a alguien para platicar o tal vez solo camine por Mesones, Eje Central y mi calle favorita 5 de mayo. Pronto será día del grito, estaré ahi para gritar?
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El grupo, un ensayo.










Esta fotos son evidencia de la buena vibra del fin de semana, ahhhh que rico! el ensayo, las risas, las propuestas y es que el lugar esta en otro nivel.



Sin embargo pinche calor que nos ahogaba jejeje nos tuvimos que tomar unas cheves (bueno no todos, ya saben los ñoños y los que estan en el nirvana nel)



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Los amigos.




Muchas gracias por hacer mas placentera la estancia en Michoacán, gracias por las tardes que comimos juntos, por las borracheras, las canciones (la excelente voz de Yunuen), las salidas a Uruapan, las platicas interminables... por estar con nosotros, por ser nuestros amigos y compartir un cachito de vida.