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Cardo

Una tibia noche flotando, murmurando tu nombre a la tímida flor que vigila desde aquel rincón, pude apenas ver entre gemidos leves de la arena tu rostro moreno y hermoso... muchedumbre que retumba entre mis senos palpitantes, deseos sonrientes que cubren mis heridas.

Cuando camino con los zapatos húmedos, me siento triste apenas un abrazo un beso tuyo, una mirada alivianaría esta profunda soledad.

Los cuadros colgados en las paredes, tu mirada intensa acariciando la mía, tus susurros como brisa bañandome, mi cicatriz vertical que me hiere que vuela al sentir tu exquisito y delgado cuerpo que despierta olores etereos.

Te empiezas a mover suavemente bajo las sábanas, me acerco a ti tocando tu torso debajo de tu camiseta, me tocas los senos y sonries, poco a poco ritmicamente nuestros cuerpos empiezan a entrelazarse tus manos ahora muy hábiles comienzan a despojarme de la ropa, me recuestas boca abajo, me tocas la espalda, la cintura, mi ardiente cadera y por fin llegas a mis nalgas te detienes a morderlas, siento extenderme en la habitación, en la nocturna ciudad, me coloreas la vagina y como respuesta expulsa lubricante, te empiezo a tocar me volteo estas encima de mi, me cubres completamente con tu cuerpo, te acaricio el rostro y con tus carnosos labios me besas desesperada y apasionadamente, mientras con mis manos rozo tu espalda, tus escurridas caderas, tus piernas, nos agitamos, nos miramos uno adentro del otro, tocame por dentro, dibujame, coloréame amor, mi eterno amor.

Me penetras fusionándote conmigo, nos convertimos en uno... empieza la metamorfosis, y al sentir tu pene adentro, el azul me ilumina, me llena cada célula de este pedazo de carne que me pertenece, que te regalo, que te pertenece ahora, no dejes de besarme!, no dejes de tocarme! Y la luz se multiplica y mi cuerpo vibra, lo sientes pero no sabes que pasa y asi dulcemete me abrazas, te miras dentro del mas íntimo recobeco de mi alma, de mi mar de sueños para llegar al punto maximo de comunión.

úntame óleo como si fuera un blanco bastidor y que los cuadros se pongan celosos, que los acrilicos sean cómplices del pintor de manos morenas en el juego de placer.

Hermosa y larga cabellera rizada abrázame, cúbreme de sueños cardos de ilusiones rotas. Balam dibújame en la tersura de tu piel, tómame fotos con las yemas de tus dedos, pense que tu sonrisa era inagotable, nunca más repitas “nunca más”, te amo, no se como decirlo, no se como escribirlo, no se como sentirlo y no se como sufrirlo.

Mar

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