Pina Bausch

Pina Bausch murió ayer a los 68 años a causa de un cáncer, informó una portavoz del Teatro de Wuppertal, en el que Bausch renovó la danza moderna. Hace solo cinco días se le había diagnosticado la enfermedad. El domingo de la semana pasada actuó con su grupo en la ópera de Wuppertal. Como directora del Teatro de Danza de Wuppertal, cargo que ocupaba desde 1973, imprimió su sello a la institución y la hizo famosa en todo el mundo. Josephine (Pina) Bausch nació el 27 de julio de 1940 en Solingen-Westfalia. En 1955 comenzó su formación como bailarina en la escuela del reformador de la danza Kurt Joos en Essen. Luego estudió en la Juilliard School de Nueva York y volvió a Alemania en 1962 para actuar en el ballet que acababa de crear Joos. Seis años después ya llamaba la atención con sus coreografías. Como directora en Wuppertal creó desde los setenta unas 40 piezas. Algunas ya clásicas como ‘Café Mueller’ (1978) o ‘Bandoneón’ (1987) son exportadas regularmente al exterior.Bausch recibió premios internacionales como el japonés Kyoto en 2007, la Legión de Honor de Francia o el León de Oro de la Bienal de Venecia. En 1982actuó en la cinta de Federico Fellini ‘E la nave va’. En 1990 dirigió la película, ‘Die Klage der Kaiserin’, y una coreografía suya aparece en ‘Hable con ella’, de Almodóvar. Sus espectáculos radicales generaron polémica y entusiasmo. Pocas veces encajaban con el ideal de belleza. Las primeras coreografías de Bausch eran deudoras de la ‘modern dance’, pero desde mediados de los setenta modificó su estilo con canto, lenguaje, gestos y pantomimas. Sus piezas tratan temas personales y a la vez universales como el miedo, la muerte, el amor y la nostalgia. Lo que mueve a la gente le interesaba más que su movimientos, dijo cierta vez. Su radical coreografía para la ópera de Bela Bartok ‘La fortaleza del príncipe Barba Azul’, en 1977, motivó reprobación. Con el tiempo el público ya sabía lo que iban a encontrar al asistir a sus espectáculos.

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